domingo, 15 de abril de 2012

REFLEXIONES SOBRE NUESTRO SISTEMA EDUCATIVO


Últimamente parece que todos miramos a Finlandia cuando pensamos en un buen sistema educativo.  Lo sorprendente de esto, es que en los años 70 el rendimiento de los estudiantes era bajo, y fueron reformando su sistema hasta llegar a convertirse en el mejor del mundo. A continuación os presentamos los cambios más importantes que establecieron para arreglar el sistema:
1. Eliminaron la obligatoriedad de los examenes estandarizados a nivel nacional para darle más libertad e iniciativa a los profesores.
2. Elevaron el nivel requerido para ser profesor. En Finlandia para ser profesor tienes que hacer un programa de post grado de 3 años una vez graduado de la universidad.  El programa es gratuito y el gobierno paga por la manutención de los futuros profesores durante los 3 años de duración si son elegidos para el programa. Estos incentivos atrajeron a más candidatos que querían optar a ser profesores. Tantos, que solamente el 15% de los candidatos son seleccionados en la actualidad.
3. El enfoque en tener profesores de calidad continúa una vez incorporados como docentes. Los profesores pasan prácticamente la mitad del tiempo en programas de desarrollo profesional, planificación colaborativa y trabajando con los padres de los alumnos.
Los finlandeses confían en sus profesores.  En los años 70 tenían guías del profesor con los temarios establecidos. Las guías tenían 700 páginas.  Hoy en día, tan solo tienen 10 páginas.  Se les da mucha libertad.
II PARTE:
Ayer hablemos de las claves del sistema educativo finlandés y de su transformación desde los años 70.  Hoy queremos plantear qué debería hacer España para transformar su sistema educativo, y cuales son las barreras sociales y políticas que impiden que esto pase. Para ello, debemos hablar de 3 aspectos diferenciales muy importantes que debemos cambiar si queremos evolucionar en educación:
1. Competencia. En España, como en la mayoría de los países occidentales, hemos sido educados para competir.  Tenemos la necesidad de utilizar baremos para situarnos socio económicamente, ya que esto nos hace sentir seguros al pertenecer a un grupo específico. Esto también ocurre en la educación.  El sistema es rígido y basado en exámenes estandarizados que fomenta el individualismo y la competencia entre alumnos y entre colegios. En Finlandia trabajan en grupo. Por supuesto que existen diferencias entre alumnos, pero en vez de aumentar esa diferencia, tratan de minimizarla enfocándose en aquellos alumnos que necesitan más ayuda. Tanto los profesores como los alumnos más aventajados ayudan a compañeros con dificultades. Este comportamiento ayuda a los estudiantes a comprender el mundo diverso en el que vivimos y ayuda a desarrollar las dotes de enseñanza a aquellos alumnos aventajados.
2. Nuestros profesores. El sistema es rígido y anticuado y no da libertad ni poder al profesor. No confiamos suficientemente en ellos.   Este nivel de motivación por parte de los profesores ha hecho que la sociedad pueda confiar en ellos y les ha permitido obtener la libertad necesaria para poder tomar decisiones sin necesidad de burocracia y regulación académica.
3. Nosotros los padres.  Resulta irónico que a pesar de que no confiamos en nuestros profesores, la mayoría tampoco somos capaces de involucrarnos directamente en la formación académica de nuestros hijos.  En Finlandia el colegio empieza a partir de los 7 años. Anteriormente los padres han asumido labores educativas previas con sus hijos. Además, durante los años de colegio los padres están involucrados junto a los profesores en el proceso educativo como parte activa e indispensable  de la formación de los niños.
4. Política. En España el sistema educativo está regido por políticos, que en general no han sido profesores.  Están lejos de la realidad de lo que pasa en el día a día en las aulas. Son burócratas. En Finlandia, el sistema educativo está completamente apartado de la política. Todos los directores han sido profesores, y entienden lo que ocurre en los colegios ya que lo han vivido personalmente. Su objetivo principal es velar por la educación mientras que en España, hay muchos intereses creados, partiendo por el mantenimiento de la clase política y la falta de voluntad de reestructurar la plantilla actual de profesores y gestores.
La necesidad de reformar nuestro sistema educativo está clara, pero también queda claro que no es un esfuerzo de los partidos políticos sino de la sociedad en general. Si queremos que nuestros hijos disfruten de una educación competitiva, tenemos que empezar a cambiar de actitud en lo que respecta a nuestros valores y actitudes frente a un sistema retrógrado antiguo y poco equitativo como es el sistema educativo español.

1 comentario:

  1. ¡¡Cómo me ha encantado!!
    Reflexiones que dan pie a la reflexión (y profunda) acerca de cómo y en qué medida cada un@ de nosotr@s tiene que mejorar, eso sí, a título personal :-)
    ¡Gracias!...y un millón de besos

    PD: creo que también me lo voy a llevar al blog :-)

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