Cuando un libro cae en tus manos y además está escrito por amigos, la responsabilidad a la hora de valorar su posible utilización en el aula es doble.
Con esta responsabilidad analicé Abaskhia y mis conclusiones fueron las siguientes:
tiene mensaje, emociona al lector, engancha, divierte y hace pensar.
Las ilustraciones de David invitan a soñar, estimulan la imaginación, no son ñoñas ni infantiles, son expresivas y entran por los ojos.
Es un libro que se puede utilizar en tutoría, ciudadanía y en todo momento para trabajar habilidades sociales. ¡Ojalá lo hubiera tenido al comenzar ciclo!
Ante la inminente presentación del mismo se lo conté a mis alumnos/as y sus comentarios fueron:
es una historia divertida y graciosa, tiene muchos mensajes:
hay que ser uno mismo, si quieres algo tienes que intentarlo y no rendirte, esfuérzate para conseguir los sueños y dejar que los demás los consigan, las personas no son objetos que se puedan vender, acepta a todos como son sin discriminar a nadie, ser sólo muy inteligente no te hace mejor persona, busca las cualidades de los que te rodean, no te creas lo que no eres, lo más importante es tener buen corazón.
Las ilustraciones les parecieron:
vivas, coloridas, creativas, con muchos detalles, bien presentadas, transmiten tranquilidad y ternura, muy esmeradas y estimulan la imaginación.
Los autores son grandes personas que al igual que Abaskhia han perseguido su sueño y tienen un buen corazón.
Disfruté mucho en la presentación, gracias chicos por invitarme.
Para terminar esta entrada, quiero dar las gracias a mis alumnos/as, sin ellos esta presentación se hubiera quedado coja, por participar con vuestras aportaciones y a los que pudisteis venir por vuestro calor.
Mil gracias por presentarnos tan bien, Pilar. Fue un gustazo tenerte a nuestro lado.
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